Minimalismo digital. Más allá de la tecnología
Dedica más tiempo a las personas y las relaciones
Hace unas semanas salieron al mercado las Apple Vision e Internet se llenó de reviews con muchos usuarios vistiendo y usando el nuevo dispositivo de Apple. Personas sumergidas en un mundo de realidad "enriquecida" que en cierto modo dejan de lado el mundo real para pasar a interactuar dentro de una burbuja particular.
Lo vi como un grado más de aislamiento.
"En un mundo saturado de tecnología digital, la clave para una vida feliz y productiva es aprender a ser selectivo con lo que permitimos que entre en nuestras vidas."
Cal Newport
Mi intención no es rechazar la tecnología, sino utilizarla de manera consciente e intencionada. La sensación es que nos dejamos arrastrar por la inercia cuando utilizamos nuestros gadgets.
El minimalismo digital es una forma de recuperar el control de nuestro tiempo, atención y en definitiva crear una vida más enriquecedora. La idea de este artículo es explicarte de qué se trata y por qué aplicarlo a tu vida.
¿Cuál es el problema?
La relación con las nuevas tecnologías no es justa. Muchas de ellas están diseñadas para ser adictivas y captar nuestra atención.
La cultura actual nos hace creer que necesitamos estar constantemente conectados, cuando en realidad esto es perjudicial para nuestra salud mental y nuestro bienestar.
Sin ganas de ser melodramático ni tecnofóbico, detrás hay un juego de suma cero, todo el tiempo que pasas conectado no lo pasas haciendo actividades de calidad, ya sea relacionarte con otras personas cara a cara o experimentando el mundo real.
La tecnología es una herramienta. La clave es decidir cómo queremos utilizarla.
En qué consiste el minimalismo digital
Esta disciplina nos empuja a realizar una auditoría en nuestra vida para ver qué aplicaciones o tecnologías utilizamos, ya sean gadgets, apps, servicios en red… y qué valor nos aportan.
Los que más valor aporten se quedan los que no se van. Así de sencillo.
No sólo se trata de podar todo lo que no aporta, también de poner límites a lo que nos quedamos. No podemos estar permanentemente pegados a nuestro teléfono, o pasarnos el fin de semana viendo series en Netflix, es necesario fijar un tope para decir basta en algún momento.
Hasta aquí parece una política de restricción a las cosas que aportan placer – un placer de baja calidad – a tu vida. No es sólo eso. Existe una segunda parte dedicada a aportar tiempo de calidad.
Incrementar tu calidad de vida
La segunda parte del camino consiste en enriquecer tu vida a través de actividades que aporten sentido. Cambiar tu forma de hacer para incorporar nuevas formas de actuar que generen un valor más allá de un entretenimiento transitorio.
Disponer de un ocio estructurado. Necesitas aficiones, hobbies. No disponer de un ocio estructurado te deja indefenso frente a actividades de tipo pasivo como acabar viendo series en streaming o una versión más barata del mismo, haciendo scrolling con tu móvil en una red social.
Se social. Para darle una vuelta al anterior punto, compártelo con una comunidad, con personas reales en el mundo real. El cara a cara aporta un valor añadido, una alegría que no puedes encontrar en la comunicación digital.
Practica algún deporte en grupo, encuentra un grupo por tu afición, participa en una actividad comunitaria o simplemente da permiso a tus amigos y conocidos para que te llamen para tener conversaciones en tiempo real.
Sal al aire libre. Busca actividades al aire libre o más simple todavía, sal a pasear y no te quedes delante de una pantalla. Los baños de bosque son sanadores. Ten en cuenta actividades como el excursionismo o experimenta paseando cuando te sientas saturado.
Son actividades simples y sencillas, al alcance de todos, que permiten recuperar cierto equilibrio y calidad de vida. Una forma para experimentar de nuevo el mundo real y permitirte volver a conectar con los demás.
“La productividad personal ya no se trata sólo de trabajar bien y mejor, ese bien y mejor debe llevarse a la vida personal”
Este bien y mejor significa ser intencional, no dejarse arrastrar por la opción más fácil, la opción por defecto a la hora de realizar. Estructura nuestra vida, contar con un background de actividades que sabemos que aporta valor. Tener un sistema para gozar de la vida.
No quiero decir contratar a un consultor de Deloitte que nos ayude a vivir bien, sino sustituir el uso de la tecnología de bajo valor por actividad relacional de calidad.
Me refiero a no olvidarnos de hacer esas cosas que nos hacen ser humanos.
Foto de Shane Rounce en Unsplash
Recursos
Minimalismo Digital de Cal Newport
Review de les Apple Vision per Victor Abarca